Una forma limpia y práctica de cocinar el pollo la conseguimos gracias a las bolsas de asar, con ellas conseguimos que la carne quede dorada y jugosa y que se cocine sin necesidad de aceite en sus propios jugos. Son infinitas las combinaciones y recetas para hacer un pollo asado, pero yo en esta ocasión he utilizado simplemente un sazonador, sal y vino blanco y el resultado es buenísimo. En poco mas de una hora aproximadamente tenemos nuestro pollo listo.
Sazonador pollo asado (Mercadona)
Medio vaso de vino blanco (unos 100 ml)
Sal
Una bolsa de asar
Precalentamos el horno a 200 ºC calor arriba y abajo sin ventilador.
En una fuente de horno o sobre un papel de aluminio ponemos el pollo entero y le pasamos el soplete para eliminar cualquier resto de plumas que pueda tener, le ponemos un poco de sal por todos lados y le vamos echando bastante sazonador de pollo hasta que quede bien impregnado por todos lados, echarle sin miedo, también por el interior. Cogemos la bolsa de asar y metemos el pollo, y le echamos el vino blanco por el interior del pollo. Cerramos la bolsa bien y la colocamos en una bandeja de horno con las pechugas hacia abajo, en contacto con la placa, para que estén en contacto con los jugos que va soltando el pollo. Con la punta de un cuchillo pinchar ligeramente un par de veces la bolsa para que al hornearse e hincharse la bolsa se libere un poco de presión. Hornear a 200 ºC durante 50 - 60 minutos, Pasado el tiempo sacamos la bolsa del horno, la abrimos con cuidado, porque suelta vapor caliente, por la parte de arriba y trasladamos el pollo con su jugo a la fuente de horno que habíamos utilizado al principio y ahora lo ponemos con las pechugas hacia arriba y lo metemos de nuevo al horno a 200ºC y esta vez con ventilador unos 15 minutos hasta que tenga el dorado a nuestro gusto. Sacar del horno, trocear y servir. Yo normalmente lo acompaño con estas patatas de guarnición.
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